Uno de los objetivos del blog es
favorecer la conexión entre los conceptos teóricos que trabajamos en las clases
de las distintas asignaturas de teoría económica con la actualidad económica y
social, y particularmente con las discusiones en torno a la crisis. Y si en la
última entrada hablábamos de los efectos de la crisis sobre la desigualdad en
España, esta semana hemos trabajado en “Introducción a la Economía” el libro de
B.
Milanovic cuya lectura recomendábamos, y en concreto hemos leído el texto
titulado “La desigualdad de la renta y la crisis financiera global”. En pocas
páginas, este autor explica muy claramente por qué la crisis actual tiene mucho
que ver con el aumento de la desigualdad. Resumidamente, su argumento –centrado
en Estados Unidos, pero generalizable- es el siguiente:
1.
En los últimos 30 años se ha producido una gran
concentración de ingresos en los estratos superiores de renta, en detrimento de
los ingresos de las clases medias y trabajadoras. Antes de la crisis, esta
concentración de renta había vuelto a la situación previa a la Gran Depresión
de los años 1930.
2.
Esta transferencia de renta implica en general
una reducción del gasto en consumo y un aumento del ahorro –el porcentaje de
renta que se dedica al consumo disminuye conforme el nivel de renta es mayor-.
Pero este mayor ahorro no se destina a la inversión productiva. Al contrario,
estos ahorradores buscan mayores rentabilidades en la esfera financiera.
3.
Esto último se ve facilitado por el desarrollo
del sistema financiero: la desregulación que se ha producido en este mismo
periodo, la innovación financiera y el sistema de incentivos de sus gerentes favoreció
el aumento del crédito, incluso cuando éste suponía incurrir en riesgos elevados.
La financiarización de la economía se convierte así en un elemento necesario
para entender la crisis, aunque no sea su causa genuina.
4.
Esta oferta creciente de crédito se encuentra
por el lado de la demanda con el estancamiento de los ingresos reales de una
parte importante de la población: las clases medias y trabajadoras. La deuda se
convierte en su única vía para aumentar sus niveles de consumo, aunque sea de
forma más aparente que real, puesto que con el paso del tiempo el servicio de
la deuda acumulada tiene un efecto negativo sobre la renta disponible.
5.
Mientras esto último se produce, sin embargo, el
aumento de la deuda es funcional para el modelo de crecimiento económico. En un
contexto de contracción de los ingresos salariales y del consumo, este
endeudamiento es necesario para que las empresas puedan vender toda su
producción y realizar sus beneficios. A la vez, la deuda se dirigió a la
adquisición de activos como la vivienda, dando lugar a las conocidas burbujas.
El valor creciente de estos activos se utiliza a su vez como garantía para
nuevos préstamos.
Este modelo de crecimiento, sin embargo, es insostenible y muy frágil. Para que se mantenga es necesario que el endeudamiento sea creciente en relación a la renta disponible de las familias. Cualquier acontecimiento que detenga esta dinámica de endeudamiento, sin embargo, provoca una espiral en sentido contrario. En Estados Unidos fue la crisis de las hipotecas subprime (concedidas a tipos de interés elevados a clientes con elevado riesgo de impago).
Lo relevante de este texto es que
B. Milanovic muestra que la crisis no es estrictamente financiera, sino real:
su origen último se encuentra en los cambios en la distribución de la renta,
junto a otros desarrollos propios del modelo de crecimiento de las últimas
décadas, inspirado en el “neoliberalismo”.
Esta idea ha sido presentada por muchos autores, por
si queréis ampliarla. Por ejemplo, en el libro de P. Krugman que trabajaremos
en el segundo cuatrimestre en esta misma asignatura de Introducción a la
Economía (“¡Acabad
ya con esta crisis!”) hay un capítulo entero dedicado a las interrelaciones
entres desigualdad, sistema financiero y crisis, de nuevo en el contexto de
Estados Unidos. Igualmente, en el libro que hemos escrito Ignacio Álvarez,
Fernando Luengo y Jorge Uxó (“Fracturas
y crisis en Europa”) dedicamos el primer capítulo a mostrar este aumento en
la desigualdad en Europa y su relación con la crisis. En otro capítulo
abordamos extensamente la influencia del proceso de financiarización.